La calma en ‘La favorita 1922’ dura poco, y esta semana lo demuestra con una cena que empieza como una reunión de negocios y termina al borde de la tragedia.

Don Benito organiza un encuentro clandestino con prestamistas armados y, para ello, le pide a Elena que cierre el restaurante. A pesar de sus reservas, ella accede, ignorando que está a punto de presenciar un clima cargado de tensión y amenazas veladas. La situación escala rápidamente hasta que las armas aparecen sobre la mesa, sembrando el miedo entre los asistentes.
Lejos de ese ambiente turbio, Manuel se sumerge de lleno en su nueva vida como futuro padre. Su entusiasmo por el embarazo de Cecilia lo lleva incluso a comportamientos un tanto agobiantes, intentando controlar cada aspecto de la gestación. Sin embargo, ella parece agradecer el esfuerzo, al menos por ahora.
Rosa, por su parte, comienza a redescubrirse tras romper con Miguel. Siente alivio y libertad, pero ese estado de paz dura poco. Miguel regresa con información inquietante sobre el pasado de Fermín, y aunque Rosa quiere confiar en él, no puede evitar que las dudas empiecen a hacer mella en su relación con el joven.
En un tono más ligero, Ana y Roberto se lanzan a vivir su historia como una pareja más, empujados por el entusiasmo del grupo. Pero las apariencias engañan, y pronto se dan cuenta de que su vínculo, aunque genuino, se enfrenta a retos muy distintos a los habituales.
En paralelo, César continúa ganándose a las trabajadoras del local con detalles y una simpatía que parece sincera. No obstante, Julio observa con inquietud un encuentro entre él y Don Benito. Aunque sospecha que algo turbio se esconde detrás de esa amistad, decide no decir nada… al menos por ahora.
Lo que sí decide, y que sacude emocionalmente el episodio, es marcharse junto a Lola en su gira por Latinoamérica. Su objetivo: alejarse de Elena y de una historia que considera imposible. Pero cuando ella se entera, no logra disimular el golpe.
Intenta mantener la compostura, dejarle ir con dignidad, pero un hecho inesperado lo cambia todo en el último momento, obligando a ambos a replantearse lo que sienten. ¿Será esta despedida el final definitivo o el inicio de algo que aún está por escribirse?