🎬 Spoiler – “Tú podrías entenderme, pero no quieres”: Suna estalla contra Abidin, quien la ignora sin piedad
En una escena cargada de emoción, dolor reprimido y verdades largamente contenidas, el nuevo capítulo de esta historia nos sitúa en un momento clave en la relación entre Suna y Abidin, dos almas marcadas por un pasado intenso, que ahora se enfrentan como desconocidos. El episodio nos lleva al límite emocional de ambos personajes, pero especialmente al de Suna, quien no puede soportar ni un minuto más la frialdad calculada con la que Abidin ha decidido tratarla.
Después de semanas, incluso meses, de intentar mantener la compostura, Suna rompe su silencio de forma devastadora. Lo que comienza como un reclamo contenido, termina convirtiéndose en una explosión emocional sin filtros. En una conversación tensa, en la que el aire mismo parece cortarse con cada palabra, Suna se planta delante de Abidin y le lanza un reproche que destila rabia, tristeza e impotencia: “Tú podrías entenderme, pero no quieres”.
Esta frase lo dice todo. Es el grito de alguien que ha suplicado comprensión, que ha tendido puentes y recibido a cambio solo muros. Ella no le acusa de no poder comprenderla, sino de elegir no hacerlo. Esa diferencia es brutal, y Abidin lo sabe. Sin embargo, su reacción es fría, casi vacía de emociones. Se limita a mirarla con esa distancia hiriente que tanto ha cultivado en los últimos tiempos. Ese gesto desata aún más la furia de Suna.
Durante toda esta escena, se revela la acumulación de frustraciones que Suna ha cargado sobre sus hombros. Le recrimina que ha sido testigo de su dolor, de sus sacrificios, y que aun así ha decidido ignorar todo lo que compartieron, como si lo vivido no hubiera significado nada. “Tú estabas ahí. Lo viste. Sentiste lo mismo. ¿Y ahora te haces el indiferente?”, le lanza con voz quebrada, mientras sus ojos se llenan de lágrimas que se niega a dejar caer.
Abidin, por su parte, no da el brazo a torcer. Aunque su silencio parece inexpugnable, su mirada lo traiciona por momentos. Hay algo detrás de esa máscara de indiferencia: dolor, culpa, y quizás incluso miedo. Pero en vez de acercarse, elige retroceder emocionalmente, como si creer que mantener la distancia lo salvara de sentir. Ese silencio, esa actitud pasiva-agresiva, es lo que finalmente hace estallar por completo a Suna.
“No soy invisible, Abidin. Estoy aquí, y merezco que al menos me mires a los ojos y me digas la verdad”, exige, ahora ya sin contención. El conflicto ya no se trata solo de una relación amorosa rota, sino de dignidad, respeto, y heridas que nunca cerraron. Ella se ha cansado de esperar, de entender, de callar.
A lo largo del diálogo, se desvelan verdades no dichas. Descubrimos que Abidin ha estado ocultando emociones por miedo a caer en lo mismo de antes, que ha elegido blindarse por no querer repetir un error. Pero al hacerlo, ha condenado a Suna a una soledad aún más cruel: la de estar cerca de alguien que se niega a verla realmente.
Ella le recuerda momentos compartidos, decisiones tomadas en conjunto, promesas que ahora él niega con hechos, aunque no con palabras. “No hace falta que me digas que ya no me quieres. Tus actos lo hacen cada día”, sentencia. La escena se vuelve íntima y dolorosa, casi como si el mundo alrededor desapareciera y solo quedaran ellos dos, encerrados en una guerra emocional.
Finalmente, en un acto de liberación, Suna da un paso atrás. No porque se rinda, sino porque comprende que no puede seguir luchando sola. Su mirada ya no es de súplica, sino de determinación. “No necesito que me salves, pero no merezco que me castigues por lo que tú no sabes resolver”, dice antes de irse, dejando a Abidin solo, en silencio, pero visiblemente afectado por todo lo que acaba de escuchar.
Este capítulo representa un punto de quiebre en la historia. Suna deja de ser la mujer paciente y comienza a ser la mujer que exige ser vista. Abidin, por otro lado, se enfrenta a su propia contradicción: ha querido protegerse, pero en el proceso ha destruido el único vínculo que le daba sentido. Lo que venga después de esta confrontación será determinante para ambos.