Para desviar la atención de sí mismo, Kazim exige explicaciones a su futura familia política. Junto a Saffet, acude a la mansión de los Korhan exigiendo respuestas. Desde ese instante, la casa queda sitiada por los hombres de Saffet, decididos a impedir que nadie interfiera en la búsqueda de Ferit, Seyran, Suna y Abidin.

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Una nueva vida – Declaración de amor

Halis, profundamente avergonzado por el comportamiento de su nieto, se somete ante Saffet y le promete que encontrará a los jóvenes, pidiendo calma para evitar que la situación derive en una tragedia mayor.

Mientras tanto, Tarik sigue de cerca a los fugitivos, que se ocultan en un lugar aparentemente seguro mientras preparan su huida.

Zerrin y Pelin permanecen aisladas en una habitación de la casa hasta que todo se aclare. Orhan, culpándolas del caos, arremete contra ellas. Zerrin no duda en encarar a Ifakat y la amenaza con desvelar sus secretos.

Más tarde, Ifakat consuela a Orhan y ambos se reconcilian en un momento íntimo… que Gulgun presencia sin ser vista.

Lejos de todo, en plena naturaleza, Ferit y Seyran se entregan al amor y se sinceran por completo, dispuestos a construir una vida juntos.

Zerrin, siempre moviéndose en las sombras, aprovecha para sembrar más discordia acercándose a Kazim, bajo la atenta mirada de Esme, que reacciona de forma inesperada y revela un lado desconocido de sí misma.

Esme y Hattuc reflexionan sobre el futuro de sus hijas y el peso de las decisiones que enfrentan. Hattuc planta cara a Halis, quien no deja de recordarle lo que sacrificó por Seyran. Pero ella le responde con firmeza: le dio toda su vida, algo que él no podría devolverle ni regalándole toda su fortuna.

En la mansión de los Korhan reina la confusión. Solo Fuat da un paso al frente en defensa de su hermano, pero recibe la humillación más cruel por parte de su abuelo. Devastado, él y Asuman toman una decisión definitiva: no quieren seguir viviendo bajo el dominio familiar.

Fuat es el único que conoce el paradero de Ferit. Las tres parejas —Ferit y Seyran, Fuat y Asuman, Suna y Abidin— sueñan con marcharse lejos para vivir su amor sin ataduras.

Con la complicidad de Orhan, Fuat y Asuman logran escapar de la mansión, esquivando a los hombres de Saffet… aunque no por mucho tiempo. Tarik va tras ellos. Sin saberlo, los hermanos están a punto de vivir su último reencuentro.

Capítulo 34 de ‘Una nueva vida’, domingo 27 de abril en Atresplayer

Los Korhan despiden a Fuat con una serie de rituales tradicionales que, más allá del luto, revelan a una familia rota… y a la vez consumida por la necesidad de encontrar culpables por la trágica muerte de uno de los suyos.

Mientras Ferit y Orhan dirigen sus sospechas hacia los Ihsanli —que observan la escena con una fingida actitud de solidaridad, casi disfrutando del dolor ajeno—, Halis tiene su veredicto claro: culpa a su nieto.

Para el patriarca, Ferit es responsable de la muerte de Fuat por haber querido fugarse con Seyran, olvidando —o ignorando deliberadamente— la dura discusión que él mismo tuvo con Fuat poco antes del desenlace.

En el círculo de las mujeres la tensión también es evidente. Gulgun, devastada, le suplica a Seyran que no abandone a Ferit, mientras que Ifakat aprovecha la situación para arremeter contra las hermanas Sanli.

Zerrin, por su parte, actúa con frialdad y oportunismo. Ordena a Pelin acercarse a Ferit antes de que Seyran lo haga, intentando posicionarla como su salvación emocional. Sin embargo, la joven se encuentra con un Ferit que la rechaza y la humilla una vez más.

Y es que el único refugio de Ferit es Seyran. Ambos tienen claro que desean estar juntos y, tras un nuevo y doloroso enfrentamiento con Halis, deciden retomar el rumbo que emprendieron la noche en que la boda de Suna no se celebró.

Pero los Ihsanli no se detienen. Con la complicidad de Kazim, retoman sus planes de boda con las hijas de este. Sin oposición alguna, Kazim traslada a Hattuc y a Suna a la mansión de Saffet, donde la joven acaba casándose con su nieto.

Mientras tanto, Tarik sigue vigilando cada paso de Seyran y lanza una amenaza a Ferit. Seyran y él se encuentran de nuevo en el cementerio ante la tumba de Fuat.

De vuelta en la mansión Korhan, Gulgun no puede contener su dolor y culpa a Orhan por la muerte de su hijo. Él, una vez más, busca consuelo en Ifakat.

Pelin se da por vencida: entiende que Ferit y Seyran se aman y que nada lo cambiará. Pero Zerrin insiste. Si logran que Halis culpe a Seyran por la muerte de Fuat, tendrán el control. Sabe que el patriarca moverá cielo y tierra para forzar a Ferit a casarse con Pelin.

Seyran estalla contra Kazim al descubrir que Suna se ha casado con Saffet. Esta vez, ni siquiera Hattuc puede justificar lo ocurrido: ambas saben que han condenado a la joven.